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Habitantes de lo efímero (Marcos Giralt) /extras

15 August 2022

twitter: @eugenio_fouz

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Habitantes de lo efímero
MARCOS GIRALT TORRENTE
El País, 14.8.2022

‘El primer artículo de prensa que publiqué (¿1992?) me lo encargaron de madrugada en un bar, terminé de esbozarlo cuando la mañana era ya una realidad ruidosa, y a eso de las once tuve que dictárselo por teléfono a una secretaria del periódico. No fue el único en mi incipiente carrera de escritor que envié así. Luego vendrían sucesivamente el fax y casi inmediatamente el correo electrónico. Una cosa curiosa de envejecer es que cualquier tiempo propio, por remoto que sea, no parece tan lejano. Obviamente, se trata de una ilusión destinada a apuntalar el relato ficticio de nuestra identidad. Ese tiempo del que hablo no sólo es lejano por los 30 años transcurridos; lo es sobre todo porque la mayor parte de mi vida, con sus pérdidas, conquistas y aprendizajes, ha sucedido entre tanto. ¿Soy el que compraba el periódico del día siguiente antes de regresar por la noche a casa o quien aprovecha el transporte público para gestionar su día a día en el móvil? ¿El cinéfilo semanal en salas de versión original o el que rechaza películas densas con un clic? ¿Quién recortaba con vanidad de mequetrefe cada aparición suya en la prensa o quién se limita a confiar en el azaroso almacenaje de desconocidos servidores? Y por cierto: ¿Hasta cuándo? ¿Habrá en el futuro arqueólogos especializados en reconstruir las excrecencias de la nube?

Ya soy mayor, pero eso no me convierte en un espécimen extraño. Más por pereza y pudor que como consecuencia de una decisión meditada, he conseguido no tener cuenta de Facebook ni de Twitter (en Facebook existe una con mi nombre, pero es apócrifa). Tinder me tienta como experiencia, pero vivo felizmente en pareja. Sí abrí una de LinkedIn, aunque lo hice por error al descargar unos archivos y desde entonces mi única actividad en ella consiste en aceptar las solicitudes de amistad que me llegan, 452 hasta la fecha sin que me haya ocupado jamás de alimentar mi perfil. También gestiono una cuenta de Instagram desde hace dos años, que el galerista de mi padre, el pintor, me aconsejó abrir a su nombre. Cuelgo fotos de sus cuadros, informo de sus exposiciones e intento hacerla visible dando me gusta a las páginas de otros, no lo hago indiscriminadamente, pero digamos que el espectro de mi aprobación, de mis corazoncitos y aplausos, es tan amplio como difuso. Supongo que casi todo el mundo actúa de la misma manera.

Durante el último campamento al que fue mi hijo, cinco días a finales del pasado junio, recibí más de las 350 fotos en el grupo de WhatsApp abierto por los organizadores para comunicarse con los padres. Fotos apresuradas, de niños practicando actividades náuticas o solazándose en el hotel, que por supuesto escruté con impaciencia. Mi hijo no salía más que en dos, y de refilón, pero no protesté. Hubo padres que sí lo hicieron y los hubo, incluso, que pidieron a los monitores enfocarlas mejor. A cualquier hora en las calles de todas las ciudades hay adolescentes posando a lo Kardashian ante sus esclavizados padres. Imágenes mortecinas, estereotipadas. Antes la gente llegaba a casa de un viaje y tenía algo que contar, ahora lo expresan en sus redes antes de finalizarlo. ¿Nos hemos vuelto locos? Los miles de millones de fotos capturadas cada segundo en el planeta han pervertido el sentido mismo de la fotografía, que parecía ser el de preservar instantes de vida. Estamos ahítos de ellas y aun así seguimos capturándolas y consumiéndolas a sabiendas de que difícilmente saldrán de la memoria de nuestros teléfonos. La imagen se ha convertido en el mensaje y todo lo que no lo sea debe imitar su inmediatez: las citas médicas, las convocatorios de becas, los comunicados de prensa, los pésames. Ese flujo constante, entrecortado, ha usurpado el espacio del discurso. Expuestos a una intromisión constante, vivimos en el vértice de lo urgente, del exabrupto; en los dominios del exhibicionismo, de la vacuidad. ¿A quién le importa? Aunque tratemos de no ver, de no abrir, de no atender, el esfuerzo que nos exige la insumisión es mayúsculo. Ni siquiera están a salvo los pocos que se resisten al teléfono inteligente y aún se agarran a móviles antediluvianos. Esperanza vana. Toda la sociedad —la política y el periodismo también— parece habitada por lo efímero.

Cabalgamos olas que rompen, más allá de nuestra vista, contra los acantilados del hastío. Nuestro pensamiento se ha hecho frágil y discontinuo, tartamudo. Los estantes de nuestras bibliotecas están llenos de libros que ya no nos sentimos capaces de leer y, como lo superfluo genera a menudo más ruido que lo importante, tendemos a pensar que nada lo es. Pero lo peor no es eso. Lo peor es que, viviendo en el presente constante, nos volvemos desmemoriados y, por tanto, tampoco nos preparamos para el porvenir.
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¿Quién se acuerda de los destrozos duraderos de la última guerra del Golfo? ¿Quién se acuerda de conflictos sin resolver como el de Palestina? Miramos constantemente hacia otro lado, a la pantalla de nuestro móvil, entretenidos en nimiedades. Ahora, en que la guerra vuelve a sacudir una parte de Europa, olvidamos que su principal responsable era hasta hace poco un aliado estratégico al que se le perdonaban sus desmanes autoritarios, sus asesinatos. ¿Nos importaron los rusos que, con el colapso de la Unión Soviética, pasaron de la escasez a la pobreza extrema? Nos importaba más el gas y el petróleo y el dinero que traían los oligarcas a nuestras costas y campos de fútbol. El cambio climático está aquí con más rotundidad de la vaticinada, pero el próximo invierno las calefacciones de media Europa volverán al carbón. ¿No ha habido tiempo para prepararnos? Y, cuando esta guerra acabe, ¿aprenderemos de nuestros errores? No importa. Hay quien se está haciendo rico fabricando las armas de las próximas guerras. Los políticos tienen la costumbre de llegar tarde porque van siempre por detrás del dinero y al dinero, ya se sabe, le interesan los pueblos amodorrados. Me refiero a los políticos que intentan ser cabales, los otros directamente degradan el debate con pueriles eslóganes como comunismo o libertad.

Me gustaría terminar con una anécdota sobre la que hilvanar una metáfora esperanzadora. No la tengo. Miro a los ojos de mi hijo y el amor que siento es parejo al de mi miedo. Es de suponer, así suele ser, que el péndulo de la estupidez se retraerá en algún momento. Ocurre que los tiempos de la historia son más lentos que los de la vida humana y que seguramente no lo veremos. ¿Cómo viviremos? ¿Qué retendremos? ¿Cómo estudiaremos? ¿Qué seremos?’

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[Chapeau!!]

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EXTRAS

a curious map of Europe

see the link here:

/natureworldtoday.com/maps

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https://twitter.com/LockerRoomLOL/status/1558433384279732224?s=20&t=tNBPgkHT5tWnrx4JILgB0w

shared on Twitter by @LockerRoomLOL

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@YouTube, 3:28 mins.

RADIO FUTURA, Un africano por la Gran Vía

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Mujer de medias verdes (Egon Schiele / Julianne Moore)

10 October 2021

twitter: @eugenio_fouz

1633844603889

@_juliannemoore, actress

-pic on @Twitter-

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pelirroja

-cuadro de Egon Schiele-

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Lugo (Lucus Augusti)

2 August 2020

twitter: @eugenio_fouz

Fuente de San Vicente Ferrer, Plaza del Campo

-calle de los vinos-

Lugo, España

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Ruanova

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Ruanova (II)

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Patio del Museo

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Muralla romana (Lugo)

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Porta Mosqueira (detalle)

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Muralla, junto a la calle Obispo Aguirre

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Escribir un microrrelato a partir de una fotografía (J. J. Muñoz Rengel)

28 April 2020

twitter: @eugenio_fouz

J.J. Muñoz Rengel @jjmunozrengel
¿Quién se atreve a escribir un microrrelato de un tuit a partir de esta imagen? Para evitar lugares comunes, una única ᴄᴏɴᴅɪᴄɪᴏ́ɴ: no usar los perros para salir del confinamiento.

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Eugenio Fouz @eugenio_fouz
Esta tarde antes de comenzar la lectura de la novela me asomé sin querer a la ventana para ver enfrente las dos caras de la realidad: un hombre solo asomado a la ventana antes de abrir 1984 (13 de abril de 2020, viernes)

La noche iluminada

17 November 2017

twitter: @eugenio_fouz

El jueves 17 volvía a casa después de un día en el que se me repetía, de verdad, sin querer una y otra vez el verso de un poema de amor de Neruda que parecía más bien la canción desesperada “puedo escribir los versos más tristes esta noche“.

Eran apenas las 7 de una tarde de otoño cuando se caía la noche cerca del río y la luz en medio del bosque, como en un cuento, dibujó la puerta abierta de la casa del ogro, la bruja de Caperucita o vaya usted a saber si la misma puerta del hogar donde duermen los 7 enanitos.

Aquí afuera, el frío, la soledad y la tristeza negra. Allí dentro, se adivinaba cierto calor, una luz blanca y algo de confort para este exilio interior. En un instante pensé, “tal vez valga la pena atreverse a verse el reflejo en el espejo. Quizás pruebe a leer 6 líneas o 7 de un libro viejo en la Biblioteca“. El semáforo pasó vergüenza, vamos que se puso rojo, yo me detuve justo enfrente del cartel, a menos de 7 metros de él, apunté con mi alma mi arma y disparé clac, clac la cámara del juguetito electrónico al que todos llaman teléfono. Quise guardar la metáfora de la puerta abierta y el libro erguido, disponibles los dos para quien busque cobijo entre las paredes de una casa, las letras, los cuentos infantiles, (también los cómics, Funes) o las personas buenas.

Pensé en una novela de Scott Fitzgerald, en los rezos de “la noche oscura” de San Juan de la Cruz y en la Biblioteca de Murcia situada en el número 17 -vaya, vaya- de la avenida de Juan Carlos I. No me diga que no es casualidad también contar en voz baja el número mágico de letras vivientes en el nombre elegido por la Biblioteca Regional para el soporte de lectura digital: eBiblio. Vale, 7.

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Esa misma noche llego al claro del bosque, comparto la fotografía con otros pájaros azules y uno de ellos se recrea en un nuevo canto

Gracias, @brmu

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Reporteros de ojos grandes

10 September 2016

india1-985x6569.09.2016.-Foto: RRSS/RRSS India | #Periódico | Balaknama, el periódico que editan niños de la calle en India. El abuso sexual, la tortura, la adicción a las drogas o el abuso familiar resumen la vida de los niños de la calle en India. Por ello, un grupo de pequeños, la mayoría también sin hogar víctimas de la extrema miseria que los arrojó a las calles y obligó a sobrevivir en ellas, han decidido dar voz a estos menores para poner en relieve la difícil situación que sufren gran parte de los niños indios.

El editor de Balaknama, de 17 años, Shambhu, lava coches durante el día para ganarse la vida. “Este periódico es nuestra voz para que la gente conozca nuestra situación, la gente, por lo general, no se preocupa de los niños”. El diario, que significa ‘La voz de los niños’ tiene ocho páginas, una periodicidad trimestral y una tirada de 5.500 ejemplares. La ONG Chetna financia su impresión. “Somos una editorial totalmente independiente”, dice Shambhu, quien añade que la ONG sólo juega un papel financiero. El diario cuenta con 68 reporteros, la mayoría recolectores de basura que no pueden asistir al colegio, que recorren Delhi y los estados aledaños de Haryana, Uttar Pradesh y Madya Prades en busca de historias. Según algunas cifras, más de 10 millones de niños viven en las calles de India y están forzados a trabajar.

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#ElSubjetivo

Eugenio Fouz

Netizen poet & blogger, profesor de inglés.

Me llamo @eugenio_fouz

y soy twitter-adicto.

@eugenio_fouz

 

Reporteros de ojos grandes

EUGENIO FOUZ

La imagen de unos niños indios sentados en círculo con unos papeles en la mano habría pasado desapercibida para mí si no hubiese tropezado con la mirada intensa de los ojos de uno de los reporteros. Por otro lado, el hecho de titular la noticia de ese modo extraño, mediante el uso de la palabra extranjera “balaknama”, ayuda a atrapar la atención de cualquier lector. Así que sigo leyendo y me entero de que los papeles de la fotografía son hojas de un periódico de ocho páginas editado por ellos mismos.

Parece increíble que un periódico infantil cuente con más de sesenta reporteros de Delhi y otros lugares dispuestos a salir de la rutina diaria, sobrevivir en la calle y contar lo que pasa reflejándolo por escrito cada tres meses. El periódico les sirve para olvidar su vida en la miseria, sin escuela en la mayoría de los casos. También les sirve para no olvidar, y que sus lectores no olviden la verdad. Tendrán que denunciar las injusticias donde las haya, criticar o elogiar la sociedad a la que pertenecen. En este desahogo trimestral, los héroes de la pequeña Lilliput moverán conciencias dormidas, crearán opinión y, llegado el caso, salvarán vidas. El periódico es información y la información es poder.

Los reporteros de “Balaknama” prefieren la prensa escrita en papel a la prensa electrónica en una sociedad en la que todos parecen tener prisa y la gente lee menos cada día.

Están locos estos chavales por querer cambiar el mundo con la palabra, escribiendo líneas, disparando fotos, eligiendo viñetas, haciendo preguntas y buscando respuestas.

Me pareció hermoso ver cómo giraba la fotografía desde los ojos inmensos que me miraban desde las cinco y veinticinco y viajar en sentido contrario a las agujas del reloj…

artículo publicado en @TheObjective_es; 9092016

Si lo prefiere, lea el texto original aquí:

http://theobjective.com/elsubjetivo/eugenio-fouz/reporteros-de-ojos-grandes/

 

“El Subjetivo, opinión a partir de una imagen”

10 May 2016

twitter: @eugenio_fouz

Unas veces son las imágenes de impacto como esta de un incendio en Canadá en la que coinciden un coche de la policía y un helicóptero en medio del humo del bosque.

incencio en Canadá

otras veces un titular llamativo que dice “La profesora encontró en el cuaderno de un alumno una nota escrita por la madre en la que pedía ayuda” acompañado de la imagen de un aula.

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Pero hay ocasiones en que la misma noticia contada brevemente en el pie de foto arrastra la curiosidad del lector a querer más: “Un profesor difunde un currículum con sus carencias y triunfa en la red”.

Además, las fotografías brotan de la página dramáticas, oportunas, inoportunas, llenas de color, en blanco y negro, oscuras, difuminadas, sin luz, a contraluz …

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Y finalmente, la opinión de los columnistas en #ElSubjetivo 

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“El Subjetivo es un proyecto periodístico dentro de otro (The Objective). Éste pone la imagen y el primero imprime la mirada o, lo que es lo mismo, la opinión

Origen: El Subjetivo, opinión a partir de una imagen ” 

{entrevista @ignaciopeyro, director de #ElSubjetivo}

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Aylan Kurdi

4 October 2015

twitter: @eugenio_fouz

Aylan-Kurdi

Aylan Kurdi es un símbolo. La imagen del niño ahogado en la playa de Turquía es la imagen de la inocencia. Este niño había intentado escapar de la guerra en Siria con su familia y muchos otros refugiados en una balsa. No sobrevivió a la travesía. El niño podía ser su hijo, usted, mi hijo o yo. El día que un medio publicó la fotografía, muchos periodistas e internautas se preguntaban si era o no era ético difundir la imagen de un niño muerto de espaldas al cielo. La fotografía tuvo un impacto mundial inmediato y conmovió a muchos europeos que sintieron la punzada de fraternidad que no habían sentido antes.

Lea el artículo firmado por Pedro Simón en @elmundoes, si tiene un minuto o dos.

http://tinyurl.com/p4q8eco


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